jueves, 20 de septiembre de 2007

Más minicuentos


Estaba alli el taxista Miguel dejando su último cliente del día.
Miguel era malo para las matemáticas, así que le tomó un buen rato cobrarle.
Luego, tomó un trago de agua y continuó su camino hacia su casa.
Él estaba mirando por el espejo, cuando vio una sombra a distancia que se movía rápidamente hacia él. Entonces, Miguel aceleró; por el susto tenía la sensación de que esa no era una buena señal.
Pero esa sombra era su último cliente que le venía a devolver plata del vuelto.

Franco Horita
2do.H


Salió. Cruzó la esquina y se limpió la camisa. Caminaba solo por las interminables cuadras que llevaban hasta el bar donde se había reunido con Carlos, su compadre.
Fue en ese instante que Juan se dijo: "No puedo hacer esto, no puedo matar a mi madre, y menos con Carlitos."
Juan no había pensado en otra cosa que no fuera en el plan tramado con Carlos.
El día pactado había llegado; su madre seguramente estaba ahí, esperándolo. Juan estaba por llegar; Carlos, también.
Él sacó su cuchillo y lo incrustó en el pecho de su compadre. No lo podía permitir.

Federico Gorelik
2do.H

1 comentario:

paula luna dijo...

Muy buenos minicuentos. Sigamos publicando.Paula